Novedades Ortográficas Académicas en Acentuación
Mikel Larre Muñoz
Profesor de la Facultad de Humanidades (UNGE) y colaborador de la Antena de la AEGLE en Bata
Introducción.
La Real Academia española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), entre las que se encuentra integrada como miembro de pleno derecho desde 2016 la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española (AEGLE), publicó en 2010 un completo y exhaustivo tratado de ortografía que superó ampliamente a su delgado precedente de 1999 y que denominamos por su extensión la biblia de la ortografía en español. Se trata de una obra esencial que complementa a otros trabajos académicos pues en los últimos tiempos ha habido una avalancha de obras académicas. En 1999 la Academia publicó ese opúsculo ortográfico al que nos referíamos antes. Esta obra todavía la firma en solitario la Real Academia Española aunque señala en la portada que es una edición revisada por las academias de la lengua española pero a partir de esa fecha todas sus obras serán panhispánicas, es decir, serán un trabajo conjunto y consensuado con el resto de las academias de la lengua española integradas en ASALE. Precisamente, la primera de ellas llevará en el título el adjetivo panhispánico, Diccionario panhispánico de dudas (DPD,2005), a la que luego seguirán en orden cronológico los dos primeros volúmenes de la Nueva gramática de la lengua española dedicados a la morfología y sintaxis (NGLE, 2009), una obra monumental de más de 4500 páginas si incluimos el tercer volumen, y su versión reducida en el Manual de un solo tomo (2010); la Ortografía de la lengua española (2010),el tratado ortográfico que sirve de base principal a este artículo; el Diccionario de americanismos (también de 2010); el tercer volumen de la Nueva gramática de la lengua española consagrado íntegramente a la fonética y fonología (2011); la vigesimotercera edición del Diccionario de la Lengua española, edición que conmemora el tricentenario de la Institución (2014).
Como podemos apreciar, en nueve años ha habido una actividad febril por parte de la Academia en varias áreas: ortográfica, lexicográfica, gramatical. En esta última el trabajo de la academia ha sido notable; hemos pasado de la última gramática de 1931 (porque el esbozo de 1973 era justamente eso: un esbozo), que necesitaba imperiosamente una actualización científica, a una nueva gramática en tres tomos (2010- 2011), moderna y con un rigor técnico y científico encomiable, equiparándose a las demás lenguas de cultura o incluso superándolas gracias al ímprobo trabajo del ponente Ignacio Bosque, insigne filólogo, catedrático de la Universidad complutense de Madrid, que se dedicó enteramente a esta monumental obra durante varios años, y a todos los colaboradores de las diferentes academias y diversas áreas lingüísticas; esta magna obra, sin embargo, no ha estado exenta de alguna voz crítica.
Como indicábamos anteriormente, la obra en la que nos hemos basado para redactar nuestro artículo, la Ortografía de 2010 se trata de una obra de más de 744 páginas que contiene de manera pormenorizada una introducción sobre la ortografía en general, una primera parte titulada el sistema ortográfico del español y dividida en cinco capítulos donde se abordan aspectos como el uso de las letras, el uso de la tilde, de los signos ortográficos, el uso de las letras mayúsculas y minúsculas y una segunda parte, que lleva por título expresiones que plantean dificultades específicas donde se tratan aspectos como la ortografía de las expresiones de otras lenguas, la ortografía de los nombres propios, de las expresiones numéricas, etc. La obra consta finalmente de varios apéndices y de una nómina de textos citados.
De entre las novedades que se recogen en las últimas obras académicas nos vamos a ocupar de las novedades ortográficas, por considerar que la ortografía contribuye de manera fundamental al mantenimiento de la unidad de la lengua, y dentro de esta nos vamos a centrar en las novedades más sobresalientes de la acentuación ortográfica por tratarse de un aspecto muy visible y de unos elementos de la lengua muy utilizados. Otro motivo que nos anima a escribir este artículo es que nos interesa la divulgación de estas normas académicas en la acentuación por un sentido práctico: ayudar a los colegas de lengua española no familiarizados con estas normas y a otros docentes de otras disciplinas en el ámbito de primaria, secundaria y universidad en la divulgación de estas nuevas normas y que aunque no las apliquen, que las conozcan y no sancionen a sus estudiantes cuando introduzcan estas novedades y las consideren faltas ortográficas. Es sabido que somos muy reticentes a abrazar novedades, ortográficas y de otra índole, pero especialmente las ortográficas; cuando el estudiante ya ha recibido su instrucción primaria, cuesta desterrar hábitos acendrados pues lo que no se aprende en esas edades se resiste uno a aceptarlo fácilmente .Vamos, en consecuencia, a procurar ser pedagógicos ya que somos conscientes de la complejidad de algunas de estas cuestiones.